la silla 'UMT' explora la política de la artesanía tradicional del tejido

la silla ‘UMT’ por maría lluïsa & lluís casanovas blanco

Durante los últimos cuatro años, el arquitecto español Lluís Alexandre Casanovas Blanco trabajó en una estrecha colaboración con su madre, María Lluïsa Blanco Estébanez, para desarrollar la intrigante silla UMT. Con un marco negro minimalista y un respaldo y asiento de delicado encaje, la silla es a la vez una pieza de mobiliario y una investigación histórica sobre la política de las técnicas tradicionales de tejido, particularmente el uso de encaje de bolillos en la decoración.

«El proyecto considera esta técnica como una forma de reconocer las tradiciones domésticas poco reconocidas y eliminadas de la arquitectura moderna. Se refiere al uso de la artesanía y las técnicas de construcción DYI en espacios domésticos. Esta es una forma de trabajo de género que generalmente se pasa por alto en las narrativas arquitectónicas centradas en los hombres», explica el arquitecto.

En concreto, el arquitecto sustituye el hilo de algodón tradicionalmente utilizado en la antigua confección de encajes Dynemaa® de última generación y alta resistencia. Anunciado como la fibra más fuerte del mundo, este material se encuentra comúnmente en equipos militares y expediciones científicas. Su resistencia se adapta bien a condiciones ambientales extremas. Por otro lado, al incorporar una fibra de tan alta resistencia, la silla UMT convierte un complemento históricamente decorativo, el encaje, en un elemento estructural clave que puede soportar el peso de una persona.

todas las imágenes © Pol Rebaque

desanudando la historia del encaje de bolillos

El proyecto de Blanco parte de una serie de ensayos materiales probados por primera vez en su obra Real Estate Boom House (2018), galardonada con un Premio Bauwelt y un Premio Simon. Esta investigación indaga en técnicas artesanales tradicionales vinculadas a agentes distintos a los hombres heterosexuales. A pesar de su contribución fundamental a la construcción de viviendas modernas, las mujeres y las personas queer, entre otras, han sido pasadas por alto tanto en la producción arquitectónica como en su historia.

«El proyecto toma el contexto español como estudio de caso. Asimismo, explora el encaje en manteles, alfombras, cortinas y muchos otros elementos textiles como clave en la configuración de interiores domésticos contemporáneos en España y en otros lugares. En este país, este fenómeno permanece indisolublemente ligado a los retrocesos en la igualdad de género realizados durante la dictadura franquista (1939-1975). UMT subvierte la consideración histórica del encaje como «ornamental» y «superfluo» en la producción arquitectónica al hacer del encaje la estructura principal de un elemento esencial asociado al hombre en la historia del diseño», agrega el arquitecto.

En línea con su investigación histórica y política, Blanco eligió el nombre UMT para hacer referencia tanto a un acrónimo de Universal Military Training, como a la frase Una Mirada Tranquila, asintiendo a una descripción de la revista femenina fascista «Y: Revista para mujeres». Como resultado, asocia la elaboración del encaje a un estado de relajación y trascendencia.

un marco minimalista negro con un asiento + respaldo de delicado encaje

integrando el proceso de elaboración dentro del diseño de la silla

María Lluïsa Blanco tejió el respaldo y el asiento de la silla UMT durante más de tres años. Como maestra de escuela primaria, se vio obligada a aprender a tejer encajes como parte de la formación obligatoria. Esta enseñanza la recibió en una de las escuelas de la Sección Femenina del partido fascista español en 1963. El tejido sigue un patrón que combina los tipos más característicos de puntadas de encajes. Asimismo, se pueden encontrar la media luna, el pececito, la araña de tres patas y la estrella de Ulrike, entre otros, convirtiendo el diseño final en una especie de archivo técnico .

El diseño resultante incorpora un cojín tejido, agujas chapadas en oro de 24 quilates y bobinas de madera, todo lo cual se convierte en parte de la silla. El cojín toma su forma y proporciones de la almohada del clásico LC4 Chaise Longue de Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand, cuya participación en la fabricación de este clásico mueble moderno se ha pasado históricamente por alto.

Para enfatizar el respaldo y el asiento de encaje, la estructura se redujo a una expresión minimalista. Asimismo, sigue una geometría que se asemeja a la del cuerpo de un arácnido, un animal con el que a menudo se asocia a las mujeres que hacen encajes de bolillos.

un cojín de tejido, agujas chapadas en oro de 24 quilates y bobinas de madera se convierten en parte de la silla

Como complemento del objeto, la silla UMT incluye una cortina que reproduce una ilustración de Marujita de 1946, una serie de libros para niñas. La ilustración proviene de un cuento llamado El encaje de bolillos. Este relato es un perfecto ejemplo de la cursilería franquista que conecta el virtuosismo del encaje de bolillos con el tejido de telaraña. Este símil vincula biología y género a través de un discurso que sugiere la relación directa entre instinto y trabajo manual doméstico.

«En definitiva, en la UMT no se considera el encaje de bolillos, como una técnica neutra y despolitizada, sino como una actividad política cuya celebración y estudio es fundamental para entender cómo hemos construido nuestras casas durante el último siglo», concluye Blanco.

el tejido sigue un patrón que combina los tipos de encaje de bolillos más característicos