alan rojas presenta RITUAL, una fuente de luz 'natural' para espacios interiores

ritual, una lámpara análoga que utiliza velas como fuente de luz

El arquitecto e ingeniero mexicano Alan Rojas explora el sincretismo de la cultura mexicana con ‘RITUAL’, una lámpara análoga que ilumina las oscuras esquinas de los espacios interiores. La luminaria está hecha con una estructura de acero laminado que en su interior almacena el elemento principal: la vela. Esta fuente de luz debe ser prendida manualmente, convirtiendo al proceso de encendido en una especie de ‘ritual’ que involucra cuerpo y fuego. Alan Rojas afirma que ‘Existen espacios que por distribución o contexto carecen de luz natural y RITUAL es una forma de llevar luz natural a cualquier espacio que lo necesite. Al fin y al cabo la flama de una vela podría ser un pedacito del sol’.

fotografías por Zaickz Moz

un homenaje a los rituales de la cultura mexicana

Con ‘RITUAL’, Alan Rojas busca honrar los rituales y el sincretismo presentes en la cultura mexicana. El modelo original se diseñó con madera y luz artificial, pero en busca de un mayor impacto escénico y espacial, el artista optó por el diseño actual que utiliza una vela como fuente de luz. El usuario se vuelve consciente del presente al tener que pausar el ajetreo de la vida cotidiana para encender la vela manualmente; se convierte en una ofrenda al tiempo presente. De esta manera, el arquitecto logra crear una experiencia donde se ve involucrado cuerpo y fuego, un ritual.

un gran impacto escénico y espacial

una estructura de acero laminado

Al tratarse de una obra que involucra fuego, Alan Rojas optó por utilizar dos placas de acero laminado para la estructura de la lámpara. Dichas placas se doblan y desdoblan durante su fabricación, para finalmente tomar la forma en la que se presentan. La primera lámina está unida a la esquina del muro, funcionando como soporte, mientras que la segunda funciona como barrera. De este modo, la estructura abraza la flama producida en su núcleo, replicando el gesto de sostener una vela con una mano y proteger su flama con la otra. Con el tiempo, la lámpara naturalmente comenzará a derretir su cera, desbordándose de la estructura y dejando una huella sobre el muro.