antifurniture de fyodor pavlov-andreevich en el museo del diseño

ANTIFURNITURE EN EL MUSEO DEL DISEÑO DE LONDRES

El artista de performance ruso-brasileño, Fyodor Pavlov-Andreevich, se presenta en el Museo del Diseño de Londres con “ANTIFURNITURE” (ANTI-MUEBLES). Es aquí donde nos muestra una serie de esculturas interactivas que retan nuestra concepción del diseño de muebles y nuestra comprensión cotidiana de la comodidad y de los miedos. La exposición invita a los visitantes a interactuar con estas muestras de madera repartidas por el interior y el exterior del museo. El observador se puede volver parte de la obra subiéndose a una hamaca, probando un escritorio-mecedora, retorciéndose e incluso escalando una escalera. Como en todas sus obras, el artista utiliza su propio cuerpo para desarrollar sus conceptos performativos, inspirándose en los movimientos y limitaciones de la anatomía humana.

imágenes cortesía de Fyodor Pavlov-Andreevich

Fiódor Pávlov-Andréievich utiliza su cuerpo como performance

Para la colección ANTIFURNITURE, el artista sustituye su cuerpo por el del visitante y le invita a formar parte de la performance. Esta interacción del visitante acaba transformando los objetos de madera en esculturas, creando así una pieza de teatro personal para los usuarios. Más allá de este uso subversivo del mobiliario, Pavlov-Andreevich también explora una dimensión psicológica al provocar o aprovechar emociones no deseadas. “Al habitar temporalmente estas esculturas sentándose, trepando, colgándose, meciéndose o acostándose, se invita al usuario a reflexionar sobre sus miedos y a enfrentarse a ellos. Cada escultura representa una o más fobias, y a través de la incomodidad física y la resistencia intencionada, nos vemos obligados a enfrentarnos a nuestros miedos y desafiados a superarlos», escribe Pavlov-Andreevich. Fyodor Pavlov-Andreevich se asoció con BoND Architecture, la arquitecta rusa Olga Treivas y el estudio de fabricación Oficina São João de Brasil para dar vida a su concepto.

‘Rock-n-Desk’| imagen © Ruy Teixeira

las fobias y las incomodidades cotidianas con antifurniture

Una de las piezas más destacadas de la serie ANTIFURNITURE del Museo del Diseño es la “Bunker-bed” (cama-búnker), que responde a la escopofobia (miedo a ser mirado u observado), la sociofobia (miedo a conocer a alguien nuevo) y al miedo a la cárcel. Según el artista, la típica impresión que tenemos de una cama-búnker tiene un significado más oscuro. Él explica que las dos personas que comparten ese mueble están en la cárcel, en un campo de refugiados o en cualquier otro lugar considerado contrario a su libre albedrío. “Aparte de sus connotaciones carcelarias, las literas fomentan la profunda conexión que surge del contacto visual prolongado entre dos personas, célebremente explorado por Marina Abramović en The Artist Is Present (MoMA, 2010). El miedo al Otro y a los demás es la razón por la que la gente deja de escucharse y por la que empiezan las guerras«, continúa.

‘Bunker-bed’ | imagen © Ruy Teixeira

“The Lord-of-the-Fishes” (El Señor de los Peces) es el siguiente en la lista y se inspira en dos miedos: la antropofobia (el miedo a no ser aceptado) y la algofobia (el miedo al dolor físico). Diseñado como un conjunto de dos esculturas con forma de silla, este objeto también representa dos tipos de incomodidad. El primero se refiere a la insoportable experiencia de los refugiados obligados a apretujarse en un barco de emigrantes diseñado para 50 personas pero en el que habitualmente viajan 500. La segunda es una incomodidad más mundana, pero mentalmente agotadora: aprender a adaptarse a espacios más reducidos, como los aviones, o mudarse a un apartamento minúsculo. “También nos vemos obligados a buscar esta pose de mansedumbre, a evitar ocupar el espacio de los demás», señala el artista.

‘Procrustes’ | imagen © Ruy Teixeira

El artista sigue explorando el arquetipo de la cama con “Procrustes”, una escultórica mecedora diseñada para aprovechar la claustrofobia y la cleitrofobia (el miedo a estar atrapado). Por un lado, la estrecha estructura de la escultura se inspira en la cama del mítico personaje griego, Procusto. Este personaje es aquel que se cobraba la vida de los viajeros caprichosos que no encajaban a la perfección. En un nivel más profundo, la cama mecedora desencadena nuestra respuesta de defensa o huida cuando nos vemos expuestos a catástrofes cotidianas: durante un terremoto, nos protegemos la cabeza con los codos; durante un bombardeo, nos tumbamos en la bañera; en caso de amerizaje, nos abrazamos las rodillas, etcétera. Según Pavlov-Andreevich, todos estos elementos de la coreografía de la seguridad están tan arraigados como las mutaciones genéticas que programan todos nuestros movimientos.

‘Centipede’ | imagen © Ruy Teixeira

“The Centipede” (El Ciempiés) y “Rock-n-Desk” son otras de las divertidas pero incómodas exposiciones de ANTIFURNITURE en el Museo del Diseño. El primero, una estructura en forma de escalera, pone de manifiesto la acrofobia (miedo a las alturas), la hafefobia (miedo al tacto) y la futurofobia (miedo al futuro) del usuario. Por su lado, la segunda es una mecedora con agujeros para esconderse que combina la agorafobia (miedo a los espacios abiertos) con la atiquifobia (miedo a la incertidumbre), la demofobia (miedo a la gente y a las multitudes) y la gelotofobia (miedo a quedar ridiculizado). “Cuando están en peligro, se cubren la cabeza con cascos protectores. Ante los paparazzi, se protegen la cara con las manos. (Los avestruces incluso meten la cabeza en la arena.) Todos estos movimientos sin sentido son intuitivos para nuestros desorientados gemelos: homo confusum. Rock-n-Desk imita una sensación de seguridad y protección meciendo los miedos hasta dormirlos», concluye el artista.