el musée des arts décoratifs explora la historia de los peinados y el arreglo del vello corporal en su última exposición

Tras el éxito de las exposiciones ‘La mécanique des dessous’ (2013), ‘Tenue correcte exigée!’ (2017) y ‘Marche et démarche’ (2019), el Musée des Arts Décoratifs de París sigue explorando la relación entre el cuerpo y la moda en su última muestra sobre los peinados y el arreglo del vello corporal. La exposición titulada ‘Des cheveux et des poils’ (Pelo y Vellos Corporales), estará abierta del 5 de abril al 17 de septiembre de 2023, y presentará una muestra que explora la manera en la que los peinados y el arreglo del vello humano han contribuido a la construcción social de las apariencias durante siglos.

‘El cabello es un aspecto esencial de la propia identidad y a menudo ha sido utilizado para expresar nuestra adherencia a una moda, una convicción o una protesta, pero al mismo tiempo, también invoca significados mucho más profundos, como la feminidad, la virilidad y la negligencia, por citar sólo algunos. En un ambiente en el que los tonos rubios, castaños y rojizos evocan los principales colores del cabello, el recorrido, dividido en cinco temas, cuestiona lo que hace que el cabello, en las culturas grecorromana y judeocristiana, sea un atributo de lo animal y lo salvaje, y explica por qué el cabello tenía que domesticarse constantemente para apartar a la mujer o al hombre de la bestia’, escribe el museo. 

Marisol Suarez, peluca trenzada | imagen © Katrin Backes

En ‘Des cheveux et des poils’, se expondrán 600 obras que van desde el siglo XV hasta nuestros días, con temas inherentes a la historia del peinado y se plantearán cuestiones relacionadas con el vello facial y corporal. Los oficios y habilidades de ayer y de hoy se ponen de relieve con sus figuras emblemáticas: Léonard Autier (peluquero favorito de María Antonieta), Monsieur Antoine, las hermanas Carita, Alexandre de París y, más recientemente, los estilistas de salón de belleza. Además, grandes nombres de la moda contemporánea como Alexander McQueen, Martin Margiela o Josephus Thimister están presentes con sus espectaculares creaciones realizadas con este material tan singular que es el cabello. La exposición se presenta en las galerías de moda Christine & Stephen A. Schwarzman del Musée des Arts Décoratifs (MAD). La escenografía correrá a cargo de David Lebreton, de la agencia Designers Unit. 

Jacob Ferdinand Voet — Retrato de un Hombre (antes de 1689), Francia | © Sotheby’s Art Digital Studio | © Aurélien Farina — modelo | imagen © Virgile Biechy

MODAS Y EXTRAVAGANCIAS

Lodewijk van der Helst — Retrato de Adriana Hinlopen (1667), Ámsterdam, Rijksmuseum | © Rijksmuseum

¿con o sin pelo?

Después de los rostros lampiños de la Edad Media, se produjo un punto de inflexión hacia 1520 con la aparición de la barba, símbolo de valor y fuerza. A principios del siglo XVI, los tres grandes monarcas occidentales, Francisco I, Enrique VIII y Carlos V, eran jóvenes y llevaban barba, que se asociaba a un espíritu guerrero viril. Sin embargo, al acercarse la década de 1630 al final del siglo XVIII, el rostro lampiño y la peluca se convirtieron en las señales características de la identidad de los cortesanos. El vello facial no reapareció hasta principios del siglo XIX con el bigote, las patillas y la barba: este siglo fue, por mucho, el más peludo de la historia de la moda masculina. Una gran variedad de pequeños objetos (cera para el bigote, cepillos, rizadores, cera, etc.) constituyen el testimonio de este entusiasmo por los bigotes y las barbas.

Durante el siglo XX, el ritmo de rostros barbudos, bigotudos y afeitados continuó hasta el retorno de la barba que se produjo entre los Hipsters a finales de los años 90. El mantenimiento de la vellosidad entre los jóvenes urbanitas, ha dado lugar a la profesión de barbero, desaparecida desde los años cincuenta. Hoy en día, las barbas espesas tienden a dejar paso al bigote que había abandonado los rostros desde los años setenta.

Eugéne Pascau — Fernand Forgues capitán del Aviron Bayonnais (1912) | óleo sobre lienzo | © A.Arnold | Musée Basque et de l’Histoire de Bayonne

La elección de mantener, eliminar, ocultar o mostrar el vello de otras partes del cuerpo también es un tema de la historia que la exposición aborda a través de la representación de cuerpos desnudos en las artes visuales y los testimonios escritos. La vellosidad es rara o incluso inexistente en las pinturas históricas. El cuerpo sin vello es sinónimo de cuerpo antiguo e idealizado, mientras que el cuerpo velludo se asocia a la masculinidad o incluso a la trivialidad. Sólo los aficionados a los deportes viriles como el boxeo y el rugby, así como las imágenes eróticas o las ilustraciones médicas, muestran a individuos cubiertos de vello.

Alrededor de 1910-1920, cuando los cuerpos de las mujeres estaban al descubierto, los anuncios de las revistas pregonaban los beneficios de las cremas depilatorias y de las máquinas de afeitar más eficaces para eliminarlos. En 1972, el actor Burt Reynolds posó con el cuerpo desnudo y velludo para la revista Cosmopolitan, pero cincuenta años después, la abundancia de vello corporal ya no está de moda. Desde 2001, los atletas que se fotografían desnudos para calendarios como Les Dieux du Stade (Los Dioses del Estadio) tienen una vellosidad rigurosamente controlada.

Michiel Jansz Van Mierevelt (Delft, 1566 – Delft, 1641) — Elisabeth Stuart (1596-1662), reina de Bohemia | copia antigua siglo XVII, musée Vivant Denon, Chalon-sur-Saône | © Musée Denon / Philip Bernard

INTIMIDAD, POSTIZOS Y COLORES

Peinarse es un acto íntimo. Además, una dama bien nacida no podía mostrarse en público con el pelo suelto. Un cuadro de Franz-Xaver Winterhalter, fechado en 1864, que retrataba a la emperatriz Sissi en bata y con el pelo suelto, estaba estrictamente reservado para los aposentos privados del emperador Francisco José. Luis XIV, que se quedó calvo muy joven, adoptó la llamada peluca de ‘pelo brillante’, que luego impuso a la corte. En el siglo XX, Andy Warhol tuvo la misma desgracia: la peluca que llevaba para ocultar su calvicie se convirtió en un ícono del artista.

Hoy en día, los postizos y las pelucas se utilizan en la alta costura, durante los desfiles o, por supuesto, para compensar la caída del cabello. Se estudian los colores naturales del cabello y su simbolismo, junto con lo que transmiten. Se dice que el rubio es el color de la mujer y de la infancia. El pelo rojo se atribuye a las mujeres seductoras, las brujas y las artistas famosas de teatro. En cuanto al pelo negro, este traicionaría el temperamento de las morenas y castañas. Sin olvidarse de los colores artificiales, desde las coloraciones experimentales del siglo XIX hasta los tintes más certeros de los años veinte. La muestra también destaca el trabajo del peluquero Alexis Ferrer, que crea impresiones digitales sobre cabello humano natural.

Alexis Ferrer — Wella Professionals Global Creative Artist ‘Printed Hairpiece’ (2021) | colección ‘La Favorite’ | modelo — Emma Furhmann, Agence Blow models | imagen © Rafa Andreu

el GREMIO Y su saber-hacer

La exposición también desvela las distintas profesiones del cabello: barberos, peluqueros-cirujanos, estilistas, fabricantes de pelucas, peluqueros de señoras, etc., a través de documentos de archivo y una multitud de pequeños objetos: rótulos, herramientas, productos diversos y las asombrosas máquinas para hacer permanentes y los secadores de los años veinte. En 1945, la creación de la alta peluquería elevó la profesión al rango de disciplina artística y savoir-faire francés. La peluquería del siglo XX está marcada por Guillaume, Antoine, Rosy y Maria Carita y Alexandre de París, quienes peinaban a princesas y celebridades. Hoy en día, la peluquería destacada se expresa principalmente durante los desfiles de moda de prestigiosas casas de alta costura. Sam McKnight, Nicolas Jurnjack, y Charlie Le Mindu fueron invitados a la exposición para crear peinados extraordinarios para top models y personalidades del mundo del espectáculo.

Charlie Le Mindu —’Blonde lips’ | Colección Primavera-Verano 2010 llamada ‘Girls of paradise’, Semana de la Moda en el Royal Festival Hall, 19 de septiembre de 2009, Londres | imagen © Samir Hussein / Getty Images

UN vistazo A UN SIGLO A TRAVÉS DE ‘des cheveux et des poils’

Por último, un enfoque especial evocó los peinados icónicos de los siglos XX y XXI: el moño de 1900, el corte garçonne de los años 20, el pelo con permanente y mechones de los años 30, el pixie y el choucroute de los 60, el pelo largo de los 70, los peinados voluminosos de los 80, las degradaciones y mechas rubias de los 90, sin olvidarnos del pelo con textura afro.

El arreglo del pelo de una forma determinada puede significar la pertenencia a un grupo y manifestar una expresión política y cultural en oposición a la sociedad y al orden establecido. Más ideológico que estético, el escudo iroqués de los punks, el pelo descuidado de los amantes del grunge o las cabezas rapadas de los skinheads, reflejan momentos icónicos de la creatividad del arte del peinado.

Portar artefactos con el pelo de otra persona, ya sea conocida o desconocida, trae consigo una dimensión espeluznante que posa una superstición bien arraigada. A pesar de estos reparos, algunos creativos de la industria de la moda, consiguen que este material tan familiar para el ser humano, transcienda al convertirlo en objetos de moda. Tal es el caso de diseñadores contemporáneos como Martin Margiela, Josephus Thimister y Jeanne Vicerial. La cuestión de la identidad, tratada con ligereza o con mayor profundidad, suele estar en el centro del razonamiento, ya sea si el pelo es real o falso.

‘Wella Tempera’ materiales de marketing para máquinas de permanente —’Wella Tempera’ folleto (1952)

Dr. Henna, ‘Liquid Brillantine’ (1950s) | brillantina en vidrio | Colección de Alain Blackman, maître barbier