concreto aparente + acabados negros definen la casa castaños

Para este proyecto residencial, las arquitectas Ekaterina Künzel y María Belén García Bottazzini colaboraron en la realización de una vivienda contemporánea dentro de una urbanización cerrada en Nordelta, Argentina. Por encargo de Bottazzini y su pareja Martín, la Casa Castaños está diseñada como un lugar abierto y aireado para su creciente familia.

todas las imágenes © Daniela Mac Adden

El programa consta de tres dormitorios, una cocina y un comedor, una amplia zona semicubierta que contiene una parrilla, una chimenea en el interior del área social, una piscina, una cochera, los tres dormitorios, un baño y una suite con vestidor. Desde el inicio del proyecto, uno de los principales conceptos fue priorizar las conexiones entre estos espacios, con el fin de potenciar las actividades sociales dentro de la casa.

En cuanto a la expresión arquitectónica, la pareja estaba interesada en el uso de concreto aparente combinado con elementos de color negro para el exterior y los espacios comunes, mientras que para los dormitorios buscaban un perfil más tradicional, con muros de yeso y suelos de madera. Para romper la pesada masa de hormigón de la casa, el volumen se ha fragmentado con huecos y grandes elementos de acristalamiento, lo que evita eficazmente una estética monolítica y favorece la permeabilidad visual.

La primera planta es abierta y libre, con la planta superior predominante que se levanta sobre cuatro «pies» de hormigón. Bajo la sombra de este prisma flotante es donde se desarrollan todas las actividades sociales de la casa. En el interior, el objetivo es potenciar el contacto de los residentes con la naturaleza. Los arquitectos situaron la zona social en relación directa con el jardín y decidieron colocar un gran patio en el centro, que estructura la planta y permite la alternancia entre espacios abiertos y cerrados. De este modo, el exterior se hace presente en todos los espacios de forma controlada sin dejar de ofrecer la sensación de refugio.

A la planta superior se accede a través de un espacio de doble altura que da al patio a través de un cristal completo. Los dos dormitorios secundarios están orientados hacia la parte delantera de la casa, mientras que el pasillo que los conecta incorpora un escritorio integrado, que da tanto al patio interior como al patio trasero. El dormitorio principal se sitúa a la derecha del patio y concluye en una gran terraza que ocupa todo el ancho del terreno. La pérgola actúa tanto como refugio de la luz solar como complemento visual del volumen flotante, para que parezca un elemento compacto. El patio aporta luz y amplitud a todos los espacios, y la vegetación dará privacidad y contribuirá a la regulación climática una vez que esté totalmente desarrollado.

A pesar de que la casa se construyó con la posibilidad de instalar en el futuro paneles solares en el tejado, el principio clave de este proyecto fue integrar estrategias de diseño pasivo para mejorar la eficiencia energética a través del diseño y la arquitectura. Estas estrategias incluían la ventilación cruzada, la vegetación abundante, la incorporación de una zona de agua, el aislamiento térmico y la consideración de las cualidades de los materiales.