Centro Regional Integral para la Atención del Autismo por Urbánika

Centro Regional Integral para la Atención del Autismo Por urbánika

Ubicado en el Parque Infantil Arturo Armendáriz de Ciudad Camargo, México, el Centro Regional Integral para la Atención del Autismo es un edificio de 580 metros cuadrados rodeado por grandes y frondosos árboles que crecen desde hace más de seis décadas en el lugar. El centro, realizado por el estudio de arquitectura Urbánika, proporciona atención a los municipios locales y aledaños, eliminando la necesidad de trasladarse a la capital chihuahuense. En general, el proyecto es un ejemplo de adaptación e integración al lugar, ya que aprovecha las vistas naturales del sitio, utiliza materiales locales y se conecta con los edificios existentes.

Para facilitar su reconocimiento, la entrada del centro regional integral para la atención del autismo incorpora un distintivo azul

Basando el diseño en indicadores de accesibilidad cognitiva

Con el fin de preservar al máximo los árboles del lugar, el equipo de Urbánika creó cuatro patios exteriores donde se pueden llevar a cabo actividades y eventos terapéuticos. El generoso número de vanos también aumenta la iluminación natural dentro de los espacios interiores y ayuda a enmarcar múltiples vistas a través de las ventanas y puertas de cristal. Sin embargo, estos esquemas responden a un objetivo mayor. Dado que la institución pretende atender a los niños y jóvenes autistas de la región mediante terapias, cursos e información, el equipo recurrió a los «indicadores de accesibilidad cognitiva», establecidos en los estudios del Centro Superior de la Universidad de la Salle en Madrid.

Volúmenes limpios y anchos dialogan suavemente con los árboles y las sombras

Estos indicadores responden a cuatro estrategias fundamentales: identificación clara del edificio desde el exterior, identificación clara del punto de acceso principal, señalización estratégica de los recorridos y los destinos, y eliminación del efecto laberinto. Fusionando estas cuatro capas, el Centro Regional Integral para la Atención del Autismo se presenta como un sencillo volumen de ladrillo con cuatro salas de terapia, cuatro jardines exteriores, un patio y varios pasillos. El uso de un material de gran colorido, como el ladrillo, crea un sobrio diálogo con la exuberante vegetación y las sombras. El punto de acceso, por su parte, se distingue del resto del edificio al situarse en el volumen más alto con un acento azul característico que evoca al tema del autismo.

Los árboles del lugar ofrecen suficiente sombra y un ambiente relajado

En cuanto a la señalización, el equipo codificó por colores la entrada a cada espacio terapéutico y adoptó pictogramas explicativos para ayudar a los autistas a orientarse cómodamente en los interiores. Para reforzar la orientación, el punto de acceso a cada habitación también presenta diferentes dimensiones para que, además del color, el tamaño se convierta en otro indicador para la circulación. Por último, para puntualizar la seguridad espacial, se elimina el efecto laberinto del Centro, organizando las zonas en dos pasillos principales, lo que facilita la circulación sin «fracturas» espaciales.

El proyecto se construyó dentro de un parque infantil ya existente