acero reutilizado y huesos de saguaro conforman una cabaña en el desierto de sonora

un mundo de cabañas en expansión

En la vasta extensión del desierto de Sonora, donde monumentales cactus dominan el paisaje, ha surgido una nueva adición al caprichoso mundo de Cabinland. La Cabaña del Desierto, creación del dúo creativo formado por Sara Underwood y Jacob Witzling, es un testimonio de su visión artística y su capacidad para combinar inspiraciones contrastadas en una armoniosa creación de madera y acero. Esta pequeña cabaña en el desierto, la última creación de su proyecto en curso, se erige como una escultura arquitectónica única, una vivienda cautivadora coronada por un tejado vivo que transporta a los visitantes directamente a un libro de cuentos.

imágenes cortesía de Jacob Witzling y Sara Underwood

TEMPLOS ANTIGUOS Y CÁPSULAS ESPACIALES EN EL DESIERTO DE SONORA

Sara Underwood y Jacob Witzling presentan su nueva adición a Cabinland en el desierto e ilustran su proceso creativo y su ecléctica mezcla de influencias. Inspirándose en cápsulas espaciales y antiguos templos centroamericanos, Witzling y Underwood han creado una estructura única que se distingue de su entorno sin dejar de respetar la belleza natural del desierto.

Con una base octogonal de 90 metros cuadrados, la Cabaña del Desierto encarna la sostenibilidad y el ingenio. Todos los materiales utilizados en su construcción han sido recuperados, lo que confiere a la estructura un encanto auténtico y rústico. Desde las molduras hasta el revestimiento metálico, pasando por los huesos de saguaro que adornan la puerta, la Cabaña del Desierto es un testimonio del compromiso del dúo con la reutilización y la reducción de residuos.

METAL EN EL DESIERTO

Podría cuestionarse la elección del metal en el calor del desierto. Sin embargo, Underwood y Witzling desmienten cualquier idea errónea explicando que el acero es un material de uso común en la zona. Contrariamente a la creencia popular, el revestimiento metálico no intensifica el calor dentro de la cabaña. De hecho, las propiedades reflectantes del acero ayudan a mitigar el calor radiante del sol. Para dar al revestimiento metálico un carácter único, el equipo lo trató con una solución de peróxido de hidrógeno, vinagre y sal, creando una pátina llamativa que complementa el entorno desértico.

Los creadores de Cabinland se inspiraron en el cuento clásico de ‘James y el Durazno Gigante’ para crear una escalera en espiral alrededor de la estructura desértica, construida con madera de secuoya. Esta característica no sólo añade un elemento de fantasía, sino que también conduce a los visitantes a un mirador en su azotea ajardinada, que alberga una gran variedad de cactus y suculentas. Desde esta posición ventajosa, el dúo puede apreciar el impresionante paisaje desértico que se extiende sin fin hasta desaparecer en el horizonte.

Mientras Cabinland sigue evolucionando, esperamos con impaciencia la próxima obra de este dúo dinámico, ya que cada creación ejemplifica su divertida sensibilidad artística y su respeto por la agreste belleza del mundo natural.

La pirámide truncada está coronada por un pequeño jardín de suculentas y cactus autóctonos.