celosía de concreto reviste oficina diseñada por morari arquitectura + JAA

En la ciudad mexicana de Morelia, una colaboración entre Morari Arquitectura + JAA dio como resultado la sede de Dunza. A pesar del presupuesto y los recursos limitados, los arquitectos diseñaron un edificio de oficinas que maximiza la luz natural y el espacio.

definido como una caja de luz sobria, el edificio respeta las condiciones del sitio

todas las imágenes © Adrián Llaguno / Documentación Arquitectónica

Construida sobre un terreno alto y orientada de norte a sur, la oficina aprovecha las vistas desde abajo y el movimiento del sol. El edificio se apoya en el suelo sobre una estructura de acero, lo que redujo al mínimo los movimientos de tierra, reduciendo costes y, sobre todo, respetando su contexto inmediato. El revestimiento de la estructura de acero es concreto prefabricado y losas de celosía, que han sido empleados por Morari Arquitectura y JAA para traer luz natural mientras expresan una materialidad honesta.

una celosía de concreto filtra la luz y las vistas al contexto inmediato

El proyecto se divide en una retícula de tres bloques longitudinales, que contienen y ordenan las diferentes funciones del programa: el primero comprende servicios complementarios, el segundo corresponde al área de trabajo y el tercero alberga un área social que toma la forma de un gran terraza. Este espacio habitable está rodeado por una celosía de concreto en su fachada sureste, filtrando la luz de la mañana e iluminando la terraza y el vestíbulo en tonos ámbar, que está presidido por una recepción de mármol que da la bienvenida al visitante. Más allá de la recepción hay un gran espacio de trabajo central, donde los escritorios abiertos están bañados por una hermosa luz difusa. En el nivel inferior se ubica el área de manejo, donde la orientación norte permite grandes aberturas que generan interesantes vistas panorámicas.

el edificio aprovecha las vistas y la luz natural

El concepto de eficiencia que atraviesa el proyecto también se refleja en su gestión energética. Al utilizar estrategias de enfriamiento pasivo, el aire acondicionado se mantiene al mínimo y, al mismo tiempo, un techo de dientes de sierra incorpora un sistema fotovoltaico que proporciona energía, lo que hace que el edificio sea sostenible y autónomo.

el vestíbulo está dominado por una recepción de mármol, que da la bienvenida a los visitantes

La sede de Dunza es definida por los arquitectos como una «caja de luz sobria», que surge de una necesidad de eficiencia, y al mismo tiempo busca crear una atmósfera confortable que permita a los usuarios trabajar sintiéndose cercanos al entorno exterior. Este proyecto tiene como objetivo mantener esa eficiencia y experiencia espacial y, en última instancia, mostrar que es posible crear espacios de trabajo complejos que realmente mejoren la rutina diaria del usuario.