TAKK renueva vivienda en Madrid con enfoque lúdico y ahorro energético

UNA VIVIENDA CON CONCIENCIA MEDIOAMBIENTAL EN MADRID

‘The Day After House’ de TAKK, es un apartamento renovado de 110 m2 en Madrid, que toma en cuenta la emergencia del nuevo régimen climático y la crisis de los combustibles fósiles. El proyecto se plantea con el objetivo de actualizar el espacio doméstico de acuerdo a nuevas formas de habitar y conciencia medioambiental. Diseñada a partir de un enfoque lúdico, la vivienda incorpora diversas soluciones de ahorro energético pasivo, entre ellas, el uso de materiales con bajas emisiones de CO2 como la madera y el corcho natural, y una distribución del programa que considera las particularidades climáticas y ambientales de cada espacio.imágenes cortesía de josé hevia

TRES IDEAS PRINCIPALES ORIENTAN LA RENOVACIÓN DE TAKK

TAKK desarrolla la renovación de ‘The Day After House’ bajo tres ideas principales. La primera se centra en la configuración funcional y programática de la casa y opta por trabajar con gradientes térmicos, en lugar de un esquema tradicional basado en la combinación de habitaciones y pasillos.

‘Como si fueran las capas de una cebolla, los espacios de la casa se anidan unos dentro de otros’ explica el estudio de arquitectura español. “Esta disposición nos permite eliminar los pasillos, y aprovechar este espacio para el resto de la casa, además de funcionar como método de ahorro energético. A medida que nos acercamos a los espacios centrales de la casa, estos se encuentran cada vez más aislados del exterior, por consiguiente, requieren menos energía. Este tipo de distribución climática diversa se inserta en un contexto de escasez energética y un clima continental, característico de Madrid, con fuertes olas de calor en verano e intensos periodos de frío en invierno, esto nos permite unificar el programa funcional, el clima y la eficiencia.’

La segunda idea consiste en priorizar el uso de materiales con bajas emisiones de CO2. La madera y el corcho natural fueron seleccionados como los materiales principales de la vivienda, por su alta capacidad de aislamiento que reduce las pérdidas energéticas, al mismo tiempo, era necesario que tuvieran baja inercia para permitir que el interior se calentara rápidamente. La tercera idea surge, tanto por temas económicos como energéticos, y se trata de construir solamente la mitad de la superficie total de la casa. ‘Teniendo en cuenta los recursos limitados y el clima madrileño, que tiene altas temperaturas la mayor parte del año, exploramos la posibilidad de entender los 110 m2 del piso como una caja de zapatos vacía donde “sólo” construimos en su interior otra caja de 60 m2, perfectamente aislados térmicamente (casa de invierno), dejando los 50 m2 restantes libres, de modo que funcionaran como una terraza interior (casa de verano),’ señalan los arquitectos. ‘Lo que en un principio parecía una restricción (el presupuesto limitado) se convirtió en un elemento multiplicador. Dos casas por el precio de una. La materialidad de esta “casa de verano” actúa de manera opuesta a la “casa de invierno”. Se eliminan los elementos aislantes de las paredes, techos y suelos, y se recubre la superficie de estos con mortero de cemento, que tiene una gran inercia para captar el calor durante el verano, al absorberlo del aire interior’.

Los materiales adicionales y las estrategias utilizadas en el programa, refuerzan el concepto principal del proyecto, que propone una configuración abierta de la cocina para fomentar el uso equitativo de su espacio por los distintos miembros de la familia. La cubierta se coloca a una altura de 75 cm, en lugar de los 90 cm estándar, solución que permite utilizarla como parte de la mesa de comedor o como escritorio. Además, independientemente del número de habitantes, la casa cuenta con un dormitorio individual y ‘comunitario’. El amplio espacio incorpora diferentes capas, lo que permite distintos tipos de relación entre los habitantes.

La madera y el corcho natural son los materiales protagonistas de la casa