mesura encaja 'casa ter' en el paisaje mediterráneo de españa

situada en l’empordà, españa, ‘casa ter’ de mesura es una residencia familiar que se ramifica hacia el paisaje mediterráneo que la rodea. la casa está diseñada para existir en armonía con la topografía del lugar, a la vez que guía la mirada del usuario hacia ella a través de aberturas estratégicamente situadas. sus dos volúmenes principales siguen los contornos naturales del terreno, y buscan intervenir en él lo menos posible.

todas las imágenes por salva lópez

vídeo por ricard lópez

ganadora del premio living places – simon architecture prize 2020 en la categoría de ‘lugares personales’, la ‘casa ter’ de mesura da forma a la experiencia del espacio de sus residentes a través de una disposición estratégicamente planificada que resalta la riqueza del entorno natural. la casa está situada en atalaia, una zona caracterizada por la intersección de tres paisajes distintos: mar, montaña y campo. su diseño comprende dos volúmenes que crean tres espacios diferentes, cada uno de los cuales se ramifica hacia uno de los paisajes circundantes.

de acuerdo con la topografía existente, el primer volumen de la casa tiene la forma de una pendiente que desciende desde la montaña y los bosques de la parte sur, hacia el baix empordà y el mar al norte de la parcela, y termina en la piscina. el segundo volumen, una secuencia en forma de L rotada de seis espacios habitables cuadrados, comienza en la parte este, donde se encontraban los campos, y está moldeado por la pendiente de la montaña, creando un patio privado cerrado. a su derecha, el espacio habitable apunta lentamente la mirada hacia la piscina y una vista lejana de l’empordà.

en lugar de la típica fachada acristalada, mesura siguió la idea del cineasta sergei eisenstein de ‘combinar planos de cámara abierta y cerrada para evocar más emociones’. así, las ventanas se colocaron cuidadosamente para integrar fragmentos seleccionados del entorno en la vida cotidiana. el módulo central es el único que cuenta con dos grandes puertas de cristal, que transforman el centro de la casa en un porche adaptable a las distintas estaciones mediterráneas.

más arriba en la montaña, el otro lado del edificio encierra la zona privada de la casa, que incluye la cocina y una secuencia de tres dormitorios. el dormitorio principal está situado en la segunda planta, y cuenta con una enorme bóveda catalana que contribuye al ambiente íntimo y privado de la habitación. la geometría de la bóveda corresponde a la extrusión de la curva que está limitada por la altura máxima permitida, la línea central de los muros y la fachada de la casa. la materialidad del edificio sigue las tradiciones constructivas locales de la región, con muros compuestos por capas que combinan indistintamente cerámica y concreto.