Marc Thorpe presenta 'citizens of earth' instalación para Marfa, Texas

El arquitecto y diseñador industrial con sede en Nueva York, Marc Thorpe, ha propuesto una instalación para la ciudad de Marfa, Texas titulada ‘Citizens of earth’, que pretende cuestionar el valor de las fronteras internacionales en el contexto del siglo XXI. El proyecto estaría situado en la comunidad del desierto ubicada aproximadamente a 20 millas fuera de Marfa, en la frontera de México y los Estados Unidos, un sitio famoso por sus instalaciones a gran escala de artistas como Donald Judd, Elmgreen & Dragset, entre otros. «La racionalización sociopolítica de las fronteras dibujadas en la tierra ha demostrado ser problemática a lo largo de la historia», enuncia Thorpe. «La guerra, la pobreza, el hambre, las enfermedades, la inestabilidad política y económica, el terrorismo, la degradación ambiental, el racismo, el genocidio y mucho más, son subproductos del incesante refuerzo de las fronteras».

Thorpe imagina la forma de su ‘citizens of earth’ como una reminiscencia a la tipología del platillo volador, reportada por primera vez en 1947 en los Estados Unidos. Tanto en sentido figurado como literal, el disco refleja nuestra existencia en este planeta y sugiere que, si no estamos solos en el universo, debemos representarnos a nosotros mismos como una civilización unida. La instalación comprendería un disco de acero pulido que parece flotar en medio del desierto, reflejando suavemente la frontera circundante entre Estados Unidos y México. Según la hora del día y las condiciones de iluminación, el disco pareciera desaparecer y fundirse perfectamente con el paisaje, eliminando la distinción entre luz y oscuridad, sólido y vacío, cielo y tierra, Estados Unidos y México.

‘Actualmente, los países, las sociedades y las comunidades se están polarizando cada vez más’, continúa Thorpe. ‘La estrategia militar de divide y vencerás está siendo implementada en todo el mundo por gobiernos, corporaciones y medios de comunicación en un intento de separarnos enfatizando nuestras diferencias. Alimentándose de la división, la inseguridad y el miedo, empujándonos cada vez más hacia rincones aislados de apatía e indiferencia hacia el prójimo. Entonces la pregunta es, ¿Y si no hubiera más fronteras? ¿Qué haría falta para que la humanidad pasara de mí a nosotros? ¿Qué pasaría si todos nos entendiéramos como ciudadanos de la tierra trabajando por un propósito común? ¿Cuál sería nuestro nuevo propósito unificado?‘