hotel boutique marroquí fusiona la arquitectura tradicional con toques contemporáneos

el hotel boutique ‘Maison Brummell Majorelle’ en marruecos

Con vistas a los famosos Jardines Majorelle en Marrakech, Marruecos, Maison Brummell Majorelle es un hotel boutique de 8 habitaciones que celebra la rica historia arquitectónica local. Diseñado por el arquitecto neozelandés Bergendy Cooke en colaboración con el arquitecto marroquí Amine Abouraoui para el hotelero austriaco Christian Schallert, el proyecto es un destino de ensueño para los entusiastas del diseño y los viajeros de todo el mundo. El encargo era un retiro de escapada, donde los visitantes pueden dejar atrás el frenético ritmo de la ciudad, relajarse y acercarse a la naturaleza.

Diseñando desde cero, el equipo optó por combinar elementos marroquíes con un toque moderno, lo que resultó en una joya escultórica que se integra a la perfección en su entorno. Comenzando con una masa sólida, los arquitectos jugaron con geometrías y aberturas, tallando incisiones y vacíos. La estructura escultórica resultante proporciona una variedad de experiencias espaciales a través de la escala, la luz y la sombra, mientras que una generosa cantidad de follaje en todo el proyecto se yuxtapone delicadamente con la forma rígida del edificio. La imponente vegetación se acompaña de agua corriente en diferentes volúmenes, realzando una noción de oasis. Azulejos hechos a mano y terrazo local completan el tono rosa claro del exterior, infundiendo a los espacios una sensación de refinamiento y artesanía regional.

imagen e imagen principal por Emily Andrews

una joya arquitectónica donde la tradición se encuentra con el lujo

Maison Brummell Majorelle (ver más aquí) puede albergar hasta 16 invitados, brindando un espacio tranquilo donde la comodidad y la tradición interactúan a la perfección. La planta baja del hotel boutique cuenta con una cocina marroquí clásica hecha a la medida. Cuenta con una mesa generosa donde los huéspedes pueden pasar tiempo de calidad juntos. Más abajo, los arquitectos (ver más aquí y aquí) han posicionado una acogedora sala con chimenea y múltiples sofás modulares que pueden ajustarse al número y necesidades de los visitantes.

El interior está acabado con clásicos del diseño como las sillas Egon Eierman, una lámpara de papel, trabajos artesanales, diseño de alta gama y muebles a la medida de Ingo Maurer. Todas las habitaciones están equipadas con muebles de madera y latón hechos a mano del productor local Maison Nicole, lámparas de suspensión de los italianos Vesoi. Además, todos los grifos son de la marca italiana Neve y las manijas de las puertas Lama de Gio Ponti. Asimismo, acentos de latón marcan las transiciones entre varias áreas, de la calle al hotel y de los espacios públicos a los privados. Otras comodidades de lujo, como una sala de masajes, un baño de vapor y una piscina climatizada, enriquecen la calidad del hotel y completan el destino soñado.