hacienda ecuestre y fuente de luis barragán cuadra san cristóbal en la ciudad de méxico

designboom visita la Cuadra San Cristóbal de Luis Barragán en Atizapán de Zaragoza, al noroeste de la Ciudad de México.

El proyecto que Luis Barragán, en colaboración con Andrés Casillas, diseñó en 1966 y construyó entre 1967 y 1968 para el sueco Folke S. Egerström (1921-2002) y su familia, consiste en una casa y un complejo de caballerizas, establos y terrenos para la cría y el adiestramiento de purasangres. Egerström y Barragán se habían conocido montando en el cercano club hípico francés, ambos compartían la pasión por la vida ecuestre.

los muros separan la cuadra San Cristóbal de la calle, patio de entrada (exterior)

todas las imágenes © designboom

Pasando la fuente de los amantes, acercándose por la calle manantial oriente, al ver la fachada baja, blanca y sin ventanas de la calle, uno no sospecharía lo que hay detrás. La larga fachada blanca se aleja poco a poco de la calle hacia un pórtico con un gran portón de madera, ante un muro perpendicular con letras metálicas que dicen ‘Cuadra San Cristóbal’.

acceso del patio (interior)

Uno ingresaría a la casa (que no está abierta al público) a través de un tramo de tres escalones hacia una plataforma que, guiada hacia la derecha por el muro posterior del patio de entrada, desembocaría en un pórtico recortado en el volumen blanco de la casa. Pasando por la puerta de entrada se entraba en un gran vestíbulo, que a la izquierda da acceso al ala de los niños y a los espacios más privados con vistas al jardín cerrado y la fuente.

(no vimos esto) desde el vestíbulo de entrada a la derecha, está la cocina y el cuarto de mantenimiento, accesible a través del cuarto de servicio arriba a través de una escalera separada. La gran escalera, visible en el vestíbulo, conduce a una habitación de invitados y la biblioteca, todo ello situado sobre las zonas de estar de abajo. Un corredor, para llegar a estas áreas de estar desde el vestíbulo, se abre a la izquierda, revelando, a través de una ventana enorme, una vista magnífica de la puerta morada situada en la lejanía entre las dos paredes rosadas perpendiculares que definen la esquina noroeste de la plaza para los caballos. Yendo más adentro de la sala de estar hay una entrada al comedor a la derecha y un poco más adelante también la entrada a un estudio. A este estudio también se puede acceder desde el exterior a través de un tramo de tres escalones visibles desde el patio de entrada en el momento en que se ingresa al complejo.

Luego de ingresar al complejo, al patio pavimentado con baldosas cuadradas de lava basáltica pardusca, fuimos atraídos hacia la superficie del agua, el grupo de árboles y la pared rosa, todo visible en la distancia entre la abertura que deja libre la pared blanca de la casa y la pared roja de los establos. 

La ornamentación es escasa, el gran escenario para el paseo de los caballos, con la escala correspondiente en términos de arquitectura, es una mezcla de tradición vernácula y experimentación moderna. Barragán trabajó dentro de las limitaciones de un vocabulario formal frugal, con muy pocos elementos arquitectónicos.

una de las características más llamativas de Cuadra San Cristóbal es la presencia de agua

Barragán vio a su país en la búsqueda desesperada de una identidad arquitectónica, retrocediendo a la tradición de la sociedad secular mexicana, el estilo colonial español o abrazando de lleno el modernismo europeo. El complejo Cuadra San Cristóbal se caracteriza por formas planas, líneas geométricas minimalistas, pero suavizadas por paredes en tonos rosas y tierra, motivos moriscos, textura, agua y luz para evocar una sensación de calma.

Barragán era intensamente religioso y un lector obsesivo de textos teológicos y filosóficos, y cuando le preguntaron por qué solo construía casas para los ricos, añadió: ‘… y para los caballos. Los caballos no son ni ricos ni pobres, son solo caballos’.

Éramos los únicos huéspedes y pudimos contemplar el silencio del espacio, realzado por el sonido de la fuente, un grueso chorro de agua que brotaba en un arco. Los propietarios encendieron la cascada para nosotros y solo unos minutos, ya que el mecanismo sigue siendo el original de la época de Barragán y tiene que persistir…

el agua cae, corre, se llena, se mueve, adquiriendo una presencia casi tectónica

El espacio alrededor de la fuente para los caballos está definido por un largo muro rosa longitudinal de cinco metros de altura y un muro rosa transversal de ocho metros de altura (que sirve para cubrir la fachada sur con un pajar trasero) con dos profundas incisiones.

El espacio entre estas alturas desiguales se cierra con una pantalla púrpura de 3 metros de altura con puerta pivotante, hecha de chapa.

Capas de color entran en su campo de visión al atravesar losas de hormigón, inmensos muros de estuco – la puerta

edificio con pajar

Al caminar por la galería de aseo bajo el voladizo proyectado del techo del establo, se experimenta un cambio de escala, mediando entre los caballos y los seres humanos, ya que aquí el hombre y el caballo estarían uno al lado del otro.

Los establos, con sus muros circundantes de color rosa y magenta, enfatizan de algún modo la estabilidad y una clara relación con los tonos terrosos del suelo mexicano.

mesa con bancos y estanque de agua

los establos

Dentro de los establos, las paredes interiores no llegan al techo, están diseñadas para que los caballos puedan comunicarse entre sí.

los establos

La casa club/zona de descanso para los jinetes se encuentra al final de la galería de preparación, junto al grueso muro rojo.

detalle de la foto en la pared trasera – caballo de Barragán entrando en la fuente

Deseamos poder cruzar la agitada superficie del agua con la ayuda de un caballo. ‘Después de entrenar o de montar a caballo bajo el sol de México, a los caballos les encanta pasar por la fuente’, dicen los propietarios.

El fondo de la fuente es una alfombra pavimentada de pequeñas tiras de piedra que va desde la galería/veranda frente a la casa club. El agua tocaría el vientre del caballo en la zona más profunda de la fuente.

‘En la obra de Barragán, el muro es a la vez la entidad suprema y el habitante de un paisaje metafísico más amplio; en los escenarios tipo De Chirico que crea, es a la vez una pantalla para revelar los colores del sol casi blanco de México y un escudo para sugerir presencias invisibles. Sus magníficos jardines y sus plazas cuidadosamente construidas parecen erigirse como grandes escenarios arquitectónicos para el paseo de los caballos o como cámaras de eco para la constante cascada de agua’. Emilio Ambasz en el libro ‘the architecture of luis barragán’, publicado en 1976 por el Museum of Modern Art NY.

En los últimos años, la Cuadra San Cristóbal ha sido escenario de instalaciones de arte contemporáneo y de campañas publicitarias de moda. Con esa exposición se ha reavivado el interés, y los propietarios (mantenidos en la familia Egerstrom desde su construcción) han abierto amablemente sus puertas a un número cada vez mayor de visitantes. Es posible ver el complejo al aire libre solo con cita previa. Puede ponerse en contacto con TRAVELING BEETLE, para que se lo organice, una verdadera alternativa a las visitas en grupo de ‘one-size-fits-all’

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Luis (Ramiro) Barragán (Morfín)

Nació el 9 de marzo de 1902 en el seno de una familia de aristócratas católicos, pasó su infancia a caballo en las estancias familiares de su natal Jalisco. Recibió su educación formal de maristas y jesuitas, y en la escuela gratuita de ingeniería local se interesó por la arquitectura. Después de graduarse en 1924, el aspirante a arquitecto (autodidacta) consiguió que sus padres financiaran una gran gira de dos años por Europa (principalmente España, Francia, Italia y Grecia) y el norte de África. Profundamente conmovido por la arquitectura de barro del norte de África y la Alhambra morisca de granada, visitó el pabellón alemán de Mies van der Rohe (construido para la feria mundial de Barcelona de 1929), los jardines de les Colombières de Ferdinand Bac en Menton, Francia, y fue presentado a Le Corbusier, a cuyas conferencias asistió en París.

A su regreso a Guadalajara, Barragán comenzó a concebir nuevos métodos mediante los cuales podría crear lo que él llamó una ‘arquitectura emocional’, que fomentaría la meditación y la quietud. ‘Silencio. En los jardines y casas que proyecté siempre me he esforzado por dejar entrar el plácido murmullo interior del silencio, y en mis fuentes el silencio canta’.

El jurado del premio Pritzker premió a Luis Barragán por su apuesta por la arquitectura como acto sublime de la imaginación poética. ‘Cualquier obra de arquitectura que no exprese serenidad es un error’, dijo en su discurso de aceptación del premio de 1980.

La producción de Barragán no fue grande. La mayoría de las estructuras que construyó están en Guadalajara y Ciudad de México. Luego de su muerte, el 22 de noviembre de 1988, las instituciones mexicanas no pudieron (o no quisieron) comprar los archivos personales y profesionales. Entonces se separaron, el primero sigue en la casa y estudio de luis barragán, patrimonio de la humanidad de la UNESCO, en Tacubaya. Este último fue adquirido en 1995 por Rolf Fehlbaum, presidente de la empresa suiza de muebles Vitra y Federica Zanco, historiadora del arte italiana (la novia, más tarde esposa de Fehlbaum). Zanco ha estudiado y mantenido el archivo en Basilea y ha creado una institución sin ánimo de lucro, la Fundación Barragan, debajo de la sede de Vitra en Birsfelden.