El centro de visitantes de acero corten acentúa la gran sequedad del desierto de Atacama en Chile

Los arquitectos chilenos Emilio Marín y Juan Carlos López construyen un centro de información pública en el desierto de Atacama, el más árido del mundo. El ‘centro de interpretación del desierto’ está situado cerca del primer parque eólico del norte de Chile, entre San Pedro de Atacama y Ayquina. A través del diseño y el programa del centro del desierto de Atacama, el edificio expone las diferentes capas de significado del desierto: «natural, cultural y energético». El equipo de diseño abordó el proyecto como una investigación sobre la relación contemporánea entre la arquitectura y el paisaje. Si bien gran parte de la exitosa arquitectura chilena de los últimos 20 años se construye con una relación dialéctica con el paisaje, el dúo se esforzó por ir un paso más allá.

imágenes de © Felipe Fontecilla a menos que se indique lo contrario

Emilio Marín y Juan Carlos López amplían los límites y la visión moderna del juego entre arquitectura y paisaje, donde los protagonistas son dos opuestos. El dúo articula otros aspectos de esta relación entre el entorno construido y su territorio, rompiendo esa dicotomía e integrando la propuesta como un nuevo paisaje en el desierto, un dispositivo que evoca otras interpretaciones, un observatorio donde los visitantes cambian su comprensión de este entorno natural específico. La estrategia principal del proyecto es integrar tres dimensiones de origen natural — geografía, paisaje y ecología — a través de tres capas de arquitectura — forma, material y espacio.

En relación con el elemento del desierto geográfico, el dúo genera una colección de volúmenes en primer plano contra los volcanes lejanos de los Andes. Contrastando las texturas monocromáticas omnipresentes del desierto de Atacama, el edificio está concebido en un solo material. El acero corten envuelve la forma, dando la apariencia de un bloque de acero fundido que interrumpe la inmensidad del desierto. El tercer elemento es el espacio del patio central que introduce un nuevo ecosistema dentro del proyecto. Protegido del viento, el jardín ofrece un pequeño oasis. Está rodeado por un corredor abierto que sirve como mirador hacia el cielo y crea las condiciones para una experiencia íntima entre los visitantes y el espacio verde.

imagen de © Pablo Casals