aulets arquitectes + carles oliver reforman antigua cafetería en mallorca

En la isla española de Mallorca, un edificio que data de principios del siglo XX ha sido cuidadosamente restaurado por Aulets Arquitectes y Carles Oliver para revelar las capas de su historia. El proyecto supuso la transformación de un café familiar en un lugar para los músicos, compositores y artistas emergentes de la ciudad de Manacor.

todas las imágenes © José Hevia

La familia Lliro ha dirigido el café durante más de 30 años, lo que lo convierte en una especie de institución local. Para adecuar el espacio, el encargo incluía modificar la acústica y renovar la cocina, los baños y otras instalaciones para cumplir con la normativa vigente. La reforma se llevó a cabo con la menor cantidad de recursos posibles y con el objetivo de que la clientela se sintiera como en casa. Para preservar esta esencia, Aulets y Carles Oliver han querido visibilizar la historia del lugar, reuniendo las distintas etapas de su vida, desde una vivienda a principios del siglo XX, hasta un horno de pan en los años 50, y un bar en los 80s.

La renovación siguió un concepto de «no hacer». Por tanto, han quedado al descubierto restos de paredes, restos de madera y yeso de los antiguos falsos techos, y antiguas baldosas hidráulicas. También se ha conservado la antigua barra, las mesas de mármol «macael» y las sillas y taburetes de polipiel negra, ya que llevan 30 años en servicio. Asimismo, se han reutilizado los ladrillos del horno de pan y las planchas de hierro para construir los nuevos sanitarios. Los muros interiores de arenisca se han demolido con una sierra manual, y los fragmentos se han reutilizado en la fachada de la planta baja, para iniciar un diálogo dentro de la fachada del primer piso.

En el contexto actual de crisis climática, el proyecto investiga y demuestra las capacidades para resolver programas contemporáneos de recursos locales y ecológicos que constituyen la cultura material del lugar. La selección de materiales de construcción para mejorar una mejor acústica ha priorizado la autosuficiencia, la reducción del consumo de energía y la sostenibilidad social. En el contexto insular, estos vectores cuantificables coinciden con el paisaje local y la cultura material: el techo del escenario ha sido aislado con posidonia oceánica seca procedente de las playas urbanas cercanas, de fabricación propia de la familia Lliro. La posidonia es una planta marina protegida y se han solicitado los permisos correspondientes.

Las nuevas paredes acústicas interiores están hechas de ladrillos KMO, producidos por un taller familiar local y cocidos con biomasa. Por lo general, estos ladrillos se fabrican en forma de trapezoide para facilitar la construcción de arcos. En este caso, se han colocado de pie, como escamas de pescado, para romper la planitud de las paredes y evitar la reverberación acústica.

Si el producto requerido por el programa no se produce localmente, se ha optado por la opción menos contaminante, como carpintería de pino con etiqueta FSC o tableros de tierra cruda «eco-arcilla» de Zaragoza (España) para proteger la anterior estructura de hierro del techo de fuego. La amplia gama de técnicas de construcción muestran la importancia del trabajo manual de todas las personas que han sido parte del progreso, demostrando el valor de la mano en la era de la tecnología.