Anna Noguera + Javier Fernández revisten centro deportivo de Barcelona con una fachada verde

Arquitectura Anna Noguera y Javier Fernández han completado un nuevo centro deportivo en el distrito Turó de la Peira de Barcelona, integrándolo al jardín circundante a través de una fachada verde que minimiza impacto general. El proyecto, que fue seleccionado por el ayuntamiento de la ciudad de Barcelona de una competencia arquitectónica en el 2014, combina dos grandes espacios superpuestos; una piscina con calefacción en la planta baja y una cacha deportiva en el nivel superior. Al concentrar las dos instalaciones en un mismo edificio, los arquitectos locales han designado mayor espacio libre, el cual se ha formado en un frondoso jardín abierto.

imágenes de Enric Duch

El distrito Turó de la Peira de Barcelona está caracterizado por una abundancia de viviendas sociales de bajo costo de los años 60 y una gran densidad de edificios, en donde la falta de áreas verdes y escasez de instalaciones públicas es evidente. Dentro de este contexto, Arquitectura Anna Noguera y Javier Fernández desarrollaron una nueva instalación deportiva como un edificio único con superficies permeables que promueven relaciones sociales. Situado a medio enterrar, el edificio se adapta a la topografía, puenteando la diferencia de niveles de las dos calles que lo rodean. La fachada que da a la calle Sant Isle tiene carácter urbano, con una terraza en la esquina que se extiende a la acera e invita a los visitantes a entrar. Al mismo tiempo, su impacto en el jardín es minimizado con un muro verde que reviste los lados restantes, actuando como un elemento del jardín, proveyendo calidad de vida y apoyando la biodiversidad.

El proyecto pone énfasis especial en las percepciones que el espacio le transmite al usuario. la iluminación natural, la vegetación y el uso de madera aportan un ambiente cálido, lejos de la frialdad de otras instalaciones similares. Una piel verde rodea el edificio, protegiéndolo del sol y creando un espacio bioclimático. El sistema de plantación es hidropónico, seleccionado por su ligereza, durabilidad del sustrato, capacidad de retención de agua y facilidad en la instalación. Desde el jardín, toda la fachada verde es visible a través del muro de cortina, disfrutando los florecientes cambios acorde a la estación del año.

El diseño del edificio se ha realizado con criterios de arquitectura pasiva. El compacto e incrustado volumen en el suelo minimiza la fachada a la superficie, evitando pérdidas térmicas, mientras que el acondicionamiento climático y la ventilación del jardín suceden exclusivamente con sistemas naturales. Los 24 tragaluces y las ventanas laterales son monitoreados por sensores, para asegurar ventilación cruzada apropiada e iluminación, mientras que el aislamiento térmico del recinto entero ha sido seleccionado acorde a la orientación solar.

Las excelentes características de vida útil de la madera fueron una de las razones para seleccionar el construir la estructura con 100% de madera laminada prefabricada. También se evaluó su buen rendimiento mecánico, su adecuación al ambiente de la piscina, su ligereza y consiguientes ahorros en cimientos y su corto periodo de construcción (8 semanas). Finalmente, un gran tanque localizado en el sótano recolecta el agua del techo para reciclaje y es usada para la irrigación de toda la fachada verde a través de un sistema hidropónico. En el terreno de construcción del jardín, tiras de drenaje en el fondo de las pendientes recolectan agua de lluvia y retornan al nivel freático.