la casa del árbol de Forma Atelier se anida entre una zona boscosa en Portugal

integrÁNDOSE EN EL BOSQUE QUE LA RODEA

El estudio de arquitectura basado en México, Forma Atelier, ha diseñado un concepto de casa del árbol visualizando un lugar que fomenta la relación entre los visitantes y la naturaleza y que guía hacia la introspección. Ubicado dentro de una zona boscosa en Portugal, el proyecto residencial toma forma como una cabaña de escapada que invita a la gente a dejar atrás el ritmo agitado de la ciudad y a verse inmersos en la calma de la naturaleza. Desplegándose dentro de casi solo 35 m2, la estructura se entrelaza con el follaje de los árboles y se convierte en un refugio.

imágenes por Forma Atelier

UNA CASA DEL ÁRBOL MÍSTICA

Protegida por la densidad de los árboles y rodeada por los grandes muros que conservan el viejo parque nacional de Bussaco, una atmósfera mística envuelve al proyecto. Un camino abstracto fue creado para guiar al usuario a través del bosque hacia las viviendas. Arropado por las ramas de los árboles, el visitante se acerca a la naturaleza y sigue una narrativa de tranquilidad.

Cruzando la senda, una estructura metálica aparece, abrazando la vegetación y transformándola en el eje principal del proyecto. Buscando imitar al entorno, el equipo de diseño optó por un recubrimiento de madera oscura hecho con tablones de madera superpuestos, creando múltiples canales que ofuscan el crecimiento y envejecimiento gradual de la vegetación. La estructura está coronada con un techo inclinado que permite la recolección de agua pluvial a través de un verde jardín. Y como mencionaron los arquitectos, este jardín asemeja un espacio mítico y encantado.

En términos del interior, el estudio creó una cálida caja en madera de pino penetrada por cristales para enmarcar el paisaje majestuoso. Tanto las vistas panorámicas como la luz que ingresa al espacio reavivan las superficies de madera que cubren el interior, generando una atmósfera íntima. ‘Ascender para conectar con la naturaleza no solo es parte del ejercicio arquitectónico, es también una metáfora que nos invita a adentrarnos en nosotros mismos y reconocernos con nuestros sueños y deseos; es permitirnos ser abrazados por la poética del pasado que se derrite a través de los muros, y ver nuestro reflejo en el cristal que nos permite ver lo que podríamos ser.’

mira el proyecto anterior de casa del árbol por Forma Atelier aquí

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